Con la llegada del calor, seguro que le estarás dando vueltas a cuánto puedes estar gastando en el cuidado del jardín entre agua, productos desinfectantes para la piscina, nutrientes y antiplagas para las plantas.
En Capcovers no nos faltan ideas para convertir tu jardín en un lugar de disfrute sin que le cueste demasiado al bolsillo.
Elige plantas que se adecúen al clima
Las plantas que no son autóctonas, o que necesitan de unas condiciones de agua diferentes a las de tu zona, pueden ser un problema, ya que si tienes que regarlas todos los días para mantener su verdor y frondosidad estarás gastanto mucha agua. Si vives en una zona de escased de lluvias en verano, una opción ideal son las plantas suculentas o plantas crasas. Lejos de lo que se pueda imaginar, las crasas son plantas muy bellas y regalan unas flores espectaculares. Son capaces de vivir con el agua de lluvia si están en arriates y, en caso de estar en macetas, en verano aguantan regándolas solo una vez a la semana. Hay multitud de tipos y especies distintas, es cuestión de investigar un poco o preguntar en nuestro vivero para lograr un resultado impactante en nuestro jardín. Otra buena elección son las plantas aromáticas tipo salvia o lavanda, que sobreviven con facilidad en nuestros bosques. Si hablamos de árboles, palmeras, limoneros o naranjos tienen la ventaja de ofrecernos al mismo tiempo algo de sombra.
De todas formas, si se nos antojan plantas de zonas más húmedas, la solución podría ser agruparlas todas en la misma zona. Así crearemos distintos ecosistemas dentro de un único espacio y, detalle importante, optimicemos los riegos. Si consigues que los grupos de plantas sean tupidos favorecerás la creación de un micro-clima húmedo, de forma que las plantas más altas den sombra a las pequeñas y las protejan del viento, evitando a la vez el crecimiento de malas hierbas.
Las plantas tapizantes o alfombrantes se usan para cubrir el terreno y son muy resistentes a la sequía. La uña de gato (Aptenia cordifolia) o la uña de león (Carpobrotus edulis) pueden ser una opción muy acertada.
Riego
El riego por goteo es la forma ideal de ahorro, pero a veces no es suficiente y tendremos que utilizar la aspersión o manguera para las plantas con más necesidad de agua.
En el mercado puedes encontrar unos hidrogeles retenedores de agua. Como puedes adivinar, su función es la de absorber el agua, manteniendo la zona húmeda durante más tiempo. Además estos geles sirven también como nutriente, reduciendo la frecuencia de riego hasta en un 50% y disminuyendo la necesidad de fertilizantes.
El disponer de un aljibe o estanque es muy útil a la hora de aprovechar las aguas de lluvia y canalizarlas hasta un pequeño depósito, de modo que toda el agua que baja a través de los canalones, por ejemplo, pudiera utilizarse para el riego del jardín. También las aguas de depuradora pueden ser un recurso interesante.
Almacena el agua de lluvia
Abonos naturales: Compost
El compostaje es un proceso de transformación de la materia orgánica para obtener abono natural. Es una solución que ayuda no solo a ahorrar sino que cuida el medioambiente, ya que la producción de abonos industriales emite cinco veces más gases de efecto invernadero. Simplemente hace falta un compostador, un contenedor especial, que puede salir por unos 35 euros e ir volcando la basura orgánica del hogar (restos de fruta, cáscaras de huevo o frutos secos…). Al descomponerse esta materia orgánica puede ser reciclada y retornada a la tierra en forma de humus para las plantas y cultivos. Para que puedas hacer un cálculo, de cada 100 kg de basura orgánica se obtienen 30 kg de compost.
Tipos de Suelo
Una forma de aumentar la capacidad de retención de agua en suelos arenosos es realizar una enmienda orgánica (añadir residuos de origen animal y vegetal al suelo para mejorar sus características) con mantillo, turba, estiércol o compost.
La creación de acolchados (o mulching) con cortezas de pino, paja, mantillo, áridos o grava en la base de las plantas puede ayudar a evitar la evaporación y el crecimiento de malas hierbas.
Cubierta para piscina
La clave fundamental para que el calor no evapore el agua de la piscina es colocar una cubierta de piscina automática. Además con una cubierta ahorrás de paso en productos de tratamiento del agua, ya que también reduce la evaporación del cloro. También mantiene el agua de la piscina limpia durante más tiempo y reduce el uso de su depuradora.
Protección
Proteger los alrededores del jardín con setos evitan el azote del viento, el cual suele resecar mucho la vegetación.
Fachada verde
Puedes tapizar las paredes de tu hogar con plantas. Además de dar un resultado asombroso estéticamente, las plantas regulan la temperatura y sirve de aislante térmico pues la vegetación obstruye, filtra y refleja la radiación solar. Los jardines verticales tienen el mismo efecto que las fachadas ventiladas y su presencia genera cámaras de aire que refrescan el ambiente alrededor de las viviendas.
¿Se te ocurre alguna otra solución? ¡Déjanos tu comentario!